Vivimos
en un mundo en las que las televisiones están llenas de telebasura y para
darnos cuenta de ello, no hay más que ver las programaciones de los diversos
canales privados que “dominan” la caja tonta.
Cuando
me refiero a canales privados caracterizados en emitir programas morbosos
muchos de los ciudadanos pensamos en Antena 3 y “Tele” 5. En ellos se forman
personajes conocidos que ahora mismo son espejo de nuestra sociedad y de
nuestro país. El personaje más conocido de este mundo es Belén Esteban,
conocida también como la princesa del pueblo. Creo que no soy el único, al que le molesta ver, lo que se está poniendo en las televisiones, un día sí y otro también. De alguna manera podemos afirmar que nos están comiendo el coco y para darnos cuenta no hay que irse muy lejos, ya que a las amas de casa les tienen comida la cabeza con las telenovelas. Muchas de ellas al igual que me sucede a mí con la programación deportiva, están pendientes de la hora a la que van a empezar, para programarse el día de tal manera, que no tengan algo que hacer, cuando sea el momento de que emitan un “magnifico” comecocos.
El caso, es que cada vez, hay más programas de este tipo y siempre con las mismas personas. Muchos de estos “formados”, se van cambiando de cadena televisiva contando su vida con el fin de ganar dinero. Se puede decir que ellos no son los malos de la película, porque sin tener formación profesional y como antes he mencionado, contando la vida de ellos ganan más dinero que una persona que se ha preparado para algo mucho más importante como puede ser la carrera de medicina.
Además de esto hay algo que nos tendría que preocupar y es la imagen que está dando la televisión española fuera de nuestras fronteras. Sin mencionar ningún programa en concreto, Javier Pérez de Albéniz describe un panorama realmente desolador para la televisión de nuestro país aunque ve, irónicamente, un lugar para la esperanza. “Sin embargo, no todo está perdido: los españoles nos podemos considerar a nosotros mismos los líderes en ‘telebasura”.
Sergio Cano
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